La tecnología de ARN mensajero ha venido para quedarse. Primero fue la vacuna frente al COVID-19, pero en un futuro cercano esta nueva tecnología permitirá desarrollar vacunas y medicamentos innovadores, que hasta ahora no existían.
Precisamente por ello, hay que seguir combatiendo los bulos entorno a las vacunas de ARN mensajero y concienciar a la población sobre los beneficios que esta nueva tecnología aporta a la sociedad.
En el webinar “Refuerzos vacunales. ARN mensajero”, organizado por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS), el órgano de formación del Consejo General de Enfermería, con el apoyo de una beca independiente de Moderna, Pilar Fernández, directora de ISFOS, ha subrayado:
“Los bulos en salud se corrigen con evidencia científica. Para ello, las enfermeras deben estar actualizadas en las últimas novedades en salud e informar adecuadamente a los pacientes y a la población en general. Desde el Consejo General de Enfermería lo que pretendemos es mantener actualizadas a las enfermeras con eventos como el de hoy, sobre el ARN mensajero, para que estén al día de los últimos conocimientos en salud con autoridades en la materia. Pero también, incidir en la importancia de seguir formando e informando a la población, para que todos seamos conscientes de que si hemos podido atajar la pandemia tan rápido ha sido, precisamente, por estas vacunas de ARN mensajero, con una campaña de vacunación en la que las enfermeras hemos sido vitales”.
Años de investigación
Como ha explicado José Gómez Rial, responsable de Inmunología Clínica del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, “el ARN mensajero es una herramienta en la que se lleva investigando desde hace tiempo. No es algo nuevo que ha llegado con el COVID-19, pero sí es cierto que la inyección de financiación que ha recibido ha acelerado todo el proceso de desarrollo de estas vacunas. De no haber sido por el COVID, habrían tardado diez años en ver la luz”. Así, también ha recordado que se trata de una plataforma muy probada, “ha llegado a millones y millones de personas en todo el mundo, en un plazo muy rápido, por lo que contamos con millones de datos de su seguridad y eficacia, lo que nos ha permitido obtener datos sobre su uso que no teníamos de otras vacunas antiguas”.
Gracias a esta inyección de fondos, esta nueva plataforma nos va a permitir tener vacunas frente a patógenos que hasta ahora no las tenían. “Hablamos del virus respiratorio sincitial (VSR), del VIH, del zika, del ébola…. Y fuera de la infectología, también tenemos información ya de futuras vacunas no clásicas contra el cáncer, que al final lo que van a hacer es instruir a nuestro sistema inmunitario para que, en vez de destruir un patógeno, pueda destruir una célula tumoral”, ha detallado Gómez Rial, y es que, a su juicio, “seguramente se irán reemplazando las vacunas clásicas por esta nueva tecnología, pues la respuesta inmunitaria a las nuevas vacunas ha supuesto un salto cualitativo con respecto a las vacunas clásicas”.
Papel de las enfermeras
Por su parte, Soledad Ochandorena, directora asistencial enfermera del Área Noroeste de la Comunidad de Madrid, ha destacado el papel de las enfermeras en la estrategia de vacunación frente al COVID-19, lo único que finalmente pudo contener los efectos negativos de la pandemia.
“Una estrategia que se implementó gracias a la coordinación de los equipos de diferentes ámbitos e instituciones públicas y privadas”. Así, ha subrayado “el liderazgo de estas profesionales en la organización logística de todo el proceso vacunal, la identificación de la población diana, así como la coordinación con todas las instituciones implicadas, la elaboración de documentación técnica, en toda la formación de los profesionales y a la población que han hecho de la campaña de vacunación frente al COVID haya sido todo un éxito, también gracias a la colaboración de todas las instituciones públicas y privadas”.
Además, a su juicio, “la creación de las Unidades de Atención a Residencias abrió las puertas de los centros sociosanitarios en la Comunidad de Madrid para la vacunación”. “Una campaña de vacunación en la que las enfermeras lo han dado todo con generosidad y profesionalidad, pese a las dificultades, a las incertidumbres y en un momento donde la alfabetización digital, sobre todo de los más mayores, ha sido todo un reto”, ha subrayado Ochandorena.
Bulos
Finalmente, Mabel Bueno, especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria y Coordinadora de la zona básica Guillem de Castro de Valencia ha sido la encargada de desmontar los principales bulos que se han generado en contra de las vacunas de ARN mensajero. Bulos que no dejan de circular y que están impidiendo que suban las tasas de vacunación de las dosis de refuerzo, que suponen que sólo el 56% de la población cuente con la dosis de refuerzo, frente al 90% que cuenta con al menos una dosis.
Entre los bulos que ha desmontado está la suposición de que estas vacunas modifican los genes -confundiendo el ADN con el ARN-, que dejan muy poca inmunidad o que no sirven de nada, que ya no es necesario vacunarse porque el COVID-19 ya es como una gripe o que para qué vacunarse si ya se ha tenido la enfermedad.
A este respecto, Bueno ha recordado que “las enfermeras debemos informarnos, formarnos, dar ejemplo y transmitir a la población que estas vacunas, al ser muy fácilmente modificables, se van adaptando a las nuevas variantes que van apareciendo. También que cuantas más reinfecciones se produzcan, mayor probabilidad habrá de que la enfermedad nos deje secuelas; por eso, es esencial la revacunación”. Así, ha señalado la importancia de “contar con una dosis de refuerzo adicional para protegernos, frente a contagios, ingresos de pacientes en estado grave y secuelas por COVID-19, en todas las franjas de edad”. Sin olvidar que “esta patología y esta vacuna, han venido para quedarse y no podemos bajar la guardia, porque en el momento en el que dejemos de vacunarnos, el virus encontrará el caldo de cultivo para volver a reproducirse”, ha concluido.