
La xerosis severa puede causar prurito, descamación y fisuras, aumentando el riesgo de infecciones y complicaciones cutáneas.
La evaluación sistemática y diaria de la piel es fundamental para identificar cambios y prevenir complicaciones. Los profesionales de enfermería juegan un papel crucial en este proceso, considerando factores como la edad, el color de la piel, la turgencia, la elasticidad y la existencia de lesiones.
Como explica Pilar Fernández, directora de ISFOS, “como enfermeras, tenemos un papel clave en la identificación, prevención y tratamiento de esta condición. No se trata sólo de un problema estético; la xerosis grave puede derivar en fisuras, infecciones y una notable disminución de la calidad de vida de nuestros pacientes, provocando prurito intenso y aumentando el riesgo de úlceras y complicaciones dermatológicas”. Por ello, la formación continuada es fundamental. “Conocer las mejores estrategias de hidratación, el uso adecuado de emolientes, el impacto de los factores ambientales y la importancia de una valoración exhaustiva nos permite ofrecer cuidados personalizados y eficaces”, añade.

Por ello, el Instituto de Formación Sanitaria (ISFOS), ha celebrado el webinar “El manejo del paciente con xerosis severa». Una formación enmarcada dentro de la campaña “En la piel de la enfermera”, una acción iniciada en abril de 2021, fruto del convenio suscrito entre el Consejo General de Enfermería y CeraVe, para promover la formación de sus profesionales en los cuidados de la piel y el liderazgo enfermero en este campo.
Posibles complicaciones
“La prevención de lesiones es una prioridad en el manejo de la xerosis. Casos prácticos han demostrado que la intervención de enfermería puede mejorar significativamente la condición de la piel de los pacientes, reduciendo la sequedad, mejorando la elasticidad y previniendo lesiones. Estos resultados subrayan la importancia del rol de la enfermería en el manejo de la xerosis severa. Este enfoque innovador no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también destaca la importancia de la enfermería en el cuidado integral de la salud”, expone Yolanda Roldán, enfermera dermoestética y directora de operaciones en IML Clinic.
Sequedad, descamación, aspereza, prurito, sensación de tirantez, posible dolor o ardor, son algunos de los síntomas o signos de alerta de esta patología. “La integridad de la barrera cutánea depende en gran medida de la estructura y función del estrato córneo, el cual actúa como una barrera semipermeable que previene la pérdida excesiva de agua y protege contra agentes externos. En la xerosis, se observa una alteración en la organización de los corneocitos y una disminución de los lípidos intercelulares, como las ceramidas, lo que compromete la función barrera de la piel. Además, hay una reducción en los factores naturales de hidratación (NMF), como la urea y los aminoácidos, que son esenciales para mantener la humedad cutánea. Estas alteraciones conducen a una mayor pérdida transepidérmica de agua y a la sequedad característica de la xerosis”, argumenta Esther Serra, coordinadora de la Unidad de Enfermedades Inmunoalérgicas cutáneas del Servicio de Dermatología del Hospital Sant Pau de Barcelona.
Cuidados dermocosméticos
Una higiene y una hidratación adecuada son claves en el cuidado de estas pieles y no se puede entender una sin la otra. “Una higiene inadecuada puede empeorarnos los síntomas de la piel seca, agravarnos el problema y hacerlo crónico”, explica Leonor Prieto, directora científica de L’Oréal Dermatological Beauty. Y para ello, “debemos de utilizar productos limpiadores suaves tipo “syndet”, es decir, con ‘ingredientes limpiadores sintéticos’ ya que los detergentes naturales suelen tener un pH muy alcalino, que tenderá a irritar la piel”, expone Prieto. En cuanto a la hidratación es fundamental “aplicar cremas con ingredientes hidratantes (glicerina, ácido hialurónico, derivados de filagrina) y relipidizantes (ceramidas esenciales (EOS, NP, AP), manteca de karité, aceites vegetales), y calmantes, que nos van a ayudar a restaurar la función barrera protectora de la piel y a normalizar el proceso de queratinización, dando lugar a una piel de mejor calidad y funcionalidad”, añade.