Para mejorar los cuidados de enfermería que se prestan a los pacientes con incontinencia fecal, el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) del Consejo General de Enfermería en colaboración con ASIA (Asociación para la Incontinencia) ha organizado un nuevo webinar gratuito titulado “Incontinencia fecal. Abordaje desde enfermería”. Para las ponentes en esta sesión la solución está clara: instaurar consultas específicas sobre incontinencia para que pacientes y profesionales sepan dónde acudir.
Se estima que entre dos y cuatro millones de personas pueden padecer incontinencia anal en nuestro país, pues, aunque se desconoce su incidencia real, diversos estudios establecen que puede afectar a entre 2% y un 7% de la población general, por distintas causas e independientemente de su edad. Sin embargo, es un problema del que no se habla: menos del 30% de los afectados lo ha comentado con algún profesional sanitario.
Así, desde el Consejo General de Enfermería se ha puesto de manifiesto la necesidad de hacer visible esta situación, mediante actividades de formación, información y educación en el abordaje de la incontinencia fecal, tanto a profesionales como a pacientes, cuidadores y sociedad en general. Además, se ha puesto en valor el trabajo de las enfermeras expertas y cuidadoras de los pacientes. “Somos quienes acompañamos, educamos y cuidamos de la sociedad en todas las etapas de la vida. Gracias a las enfermeras expertas en este ámbito y a la atención personalizada, estos pacientes mejoran enormemente su calidad de vida. Los gobiernos autonómicos y también el Ejecutivo central deben apostar y potenciar consultas enfermeras específicas sobre incontinencia”, ha destacado José Luis Cobos, vicepresidente III del Consejo General de Enfermería y moderador del webinar.
Y es que, como también ha señalado Pilar Fernández, directora de ISFOS, “como profesionales sanitarios es muy importante que las enfermeras, ya sea en ámbito hospitalario, como en Atención Primaria, estemos formadas e informadas de las necesidades que tienen estos pacientes, pues hemos de contribuir a acabar con el tabú y la vergüenza que supone hablar de un tema tan íntimo. Dicen que lo que no se cuenta no existe, pero eso no es verdad. Lo que sucede es que las personas que lo padecen lo sufren en silencio y deben saber que las enfermeras estamos ahí para acompañarlos en cualquier problema que puedan tener”.
Causas muy diversas
Aunque muchas veces invisible, la incontinencia fecal se da por causas tan diversas como una lesión obstétrica (la causa más frecuente), enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, antecedentes de radioterapia pélvica, diabetes, entre otras. La casuística y la etiología son diversas y abarcan también a pacientes pediátricos; niños con patologías congénitas, neurológicas o con la enfermedad de Hirschsprung, por ejemplo. Aunque la prevalencia aumenta con la edad, puede afectar en cualquier etapa de la vida.
Así, Elena Bermejo Marcos, coloproctóloga del Hospital Universitario La Princesa de Madrid, ha señalado que “la incontinencia fecal no es sólo importante por sus características físicas, sino que es una patología que tiene un gran impacto psicológico por su repercusión en la calidad de vida del paciente. Lo más importante para mejorar esta situación es que el paciente dé el paso de consultar con su médico o enfermera, y una vez hecho esto, podemos ya empezar a ayudarle. No siempre hace falta un tratamiento quirúrgico complejo. A veces simples modificaciones en la dieta, aportes de suplementos que puedan necesitar para compactar las heces, rehabilitación reglada del suelo pélvico, etc., pueden ser suficientes para mejorar los problemas de incontinencia… Los pacientes deben saber que merece la pena romper con el tabú, dar el paso y consultar sobre su problema de cara a mejorar el abordaje de esta patología”.
La enfermera, clave
Para ello, la figura de la enfermera resulta clave. Como ha especificado Yovana Rodríguez Maldonado, enfermera de la planta de Cirugía General y Estomaterapeuta del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, “la enfermera tiene que ser el centro de los cuidados del paciente con incontinencia fecal. La enfermería está preparada, tiene capacidades técnicas, formativas, educacionales y culturales suficientes como para ser el centro de esos cuidados y, sobre todo, para servir de nexo entre pacientes y otros profesionales, que muchas veces olvidan la parte psicológica de afectación de esta patología”.
Así, ha subrayado que “existen numerosos artículos científicos que demuestran la necesidad imperiosa de tener una figura enfermera en esta patología, con consultas específicas para ello”.
Sin embargo, y más allá de esas consultas, que no existen en la mayoría de los centros sanitarios, cualquier enfermera, ya sea en hospitalización o en Atención Primaria, puede hacer mucho por estos pacientes. Como ha incidido Àngels Roca Font, presidenta de ASIA España (Asociación para la Incontinencia), lo principal es preguntar. “Una pregunta puede cambiar la vida de un paciente. Porque cuando te preguntan, tú sí que lo cuentas”.
Para dar una adecuada respuesta a los pacientes, “necesitamos que las enfermeras sepan que la incontinencia puede darse en cualquier etapa de la vida, pero que afortunadamente es una enfermedad que con tratamiento puede solucionarse o mejorar la calidad de vida del paciente”, subrayó la presidenta de ASIA.