El acné puede dejar marcas en la piel que pueden durar toda la vida, si no se realiza un correcto tratamiento. Además, el acné con frecuencia lleva asociado un importante estigma, que afecta a la salud emocional y psicológica de los pacientes, pues tiene un profundo impacto en cómo se percibe a los individuos que lo padecen en los entornos sociales.
La afectación emocional de quienes tienen acné o de aquellos que lo han padecido es tan fuerte, que en ocasiones puede derivar en importantes problemas relacionados con la salud mental, como la depresión.
Así lo han manifestado las expertas que han participado en el último webinar “Acné: diagnóstico, tratamiento y cuidados en las distintas edades” celebrado por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) del Consejo General de Enfermería (CGE), con la colaboración de CeraVe.
Durante hora y media de formación, expertas en la materia han hablado de los cuidados de la barrera cutánea y, en concreto, de los diversos tipos de acné que podemos encontrar en las distintas edades y etapas de la vida, donde “las mujeres adultas pueden llegar hasta un 50% de prevalencia, y no es hasta después de la menopausia, donde estos datos disminuyen de forma significativa”, explica Teresa Truchuelo, dermatóloga del Hospital San Rafael, en Madrid.
“Esta formación sirve para incidir en la importancia de la enfermería como promotoras de la salud, porque las enfermeras, como profesionales más cercanos a los pacientes, tenemos la obligación de informar y formar a las personas en todas las cuestiones vinculadas a su salud, prestando especial atención a la adecuación de esos cuidados en todas las etapas de la vida y en todas las edades de la misma”,
afirma Pilar Fernández, directora de ISFOS.
Acné en todas las edades
“El acné es una de las enfermedades inflamatorias cutáneas más frecuentes que tenemos en la consulta de Dermatología y tiene un impacto muy importante en la calidad de vida de los pacientes, porque muchos lo sufren en silencio. En ocasiones, los pacientes le restan importancia a la enfermedad y esto les hace no trasladar sus dudas durante la consulta, pero realmente esta patología tiene una gran afectación emocional y psicológica en quienes la padecen, y esto justifica totalmente el tratamiento del mismo”,
apunta la dermatóloga.
El acné es una enfermedad de la glándula pilosebácea, que se fundamenta en los siguientes pilares: un exceso de producción de grasa, una obstrucción folicular y una presencia bacteriana, que juega un papel fundamental en esta patología inflamatoria.
Estos elementos no son exclusivos de la adolescencia, como culturalmente se ha creído. El acné puede afectar a ambos sexos en diferentes edades de la vida. “Durante la adolescencia se pueden llegar a observar frecuencias de afectación del 70% o incluso más. Es cierto que, aunque va disminuyendo con la edad, el acné en la mujer adulta presenta unos porcentajes también muy altos. En la pubertad puede presentarse de forma más severa, intensa y con lesiones más cicatriciales. Sin embargo, en el caso de la mujer y el hombre adultos, el acné también afecta con lesiones molestas y dolorosas o persistentes e inflamatorias. Además, en el caso de las mujeres, el acné puede empeorar a lo largo del ciclo menstrual e impactar incluso en sus relaciones sociales”, sigue Truchuelo.
Abordaje y tratamientos
Es importante recalcar que el acné no se produce por una falta de higiene en las diferentes zonas corporales donde puede manifestarse. “Es crucial explicar que hay que tener una correcta higiene dos veces al día, por la mañana y por la noche, sin realizar una fricción excesiva para no conseguir un efecto contrario al deseado. Para tratar el problema del acné, al paciente hay que educarlo y concienciarlo sobre los correctos cuidados que debe seguir, con el objetivo de empoderarlo y así obtener los resultados esperados”, cuenta Carolina Lázaro, enfermera de Dermatología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles, en Madrid. Además, en el abordaje del acné hay que tener en cuenta que influyen otros factores más allá de la higiene. “Hay que estudiar cada caso en particular. Hay pautas que valen para todo el mundo, como es la correcta higiene, el uso de protección solar o una correcta dieta y alimentación. Pero, por ejemplo, en el caso de los hombres, los cuidados son más específicos. A la hora del afeitado siempre les recomendamos que lo hagan solamente si es absolutamente necesario, ya que traumatiza mucho la piel acneica. En ese caso, deben ablandar la barba antes del afeitado con agua tibia e intentar hacerlo con maquinilla para evitar los cortes”, puntualiza Lázaro